En este atículo encontrarás: ¿Es un deber de cada padre comprar un celular inteligente a su hijo? ¿Qué es lo que determina que mi hijo esté listo para usar un smartphone? ¿Cuáles conductas me podrían guiar para saber si mi hijo está listo para tener su propio teléfono inteligente? Otros elementos a considerar. Predicar con el ejemplo. Configuraciones básicas de privacidad y seguridad. Establece pautas o normas de uso, con límites y consecuencias claras. Crea un plan familiar de uso de pantallas y modela hábitos saludables para el uso del teléfono móvil, tomando en consideración los siguientes aspectos: Si decides que aún no está listo/a, qué podrías hacer ¿A qué edad puedo darle un celular a mi hijo?, es una de las preguntas que más nos hacemos los padres estos días. Muchas veces por presión, otras por querer satisfacer un gusto de ellos, y en ocasiones por sentir que, en estos tiempos, es lo correcto. Sin embargo, independientemente de cuáles sean nuestras razones, debemos comenzar con una verdad un poco incómoda: la mayoría de nuestros hijos no necesitan un teléfono, sobre todo sin son niños pequeños. El asunto es que muchas veces, los teléfonos y más específicamente, los smartphones, se hacen útiles para realizar las tareas o localizarlos mientras están fuera de casa, entre otras tantas cosas que nos dejó la pandemia, por ejemplo. Pero, ¿es un deber de cada padre comprar un celular inteligente a su hijo? Honestamente, NO. No es un deber, pues en estos casos la pregunta correcta no es si se DEBE o a qué edad hay que entregarle uno. La cuestión merece mayor meditación y está referida a si el niño o la niña está listo/a para asumir esa responsabilidad y eso es algo que solo corresponde evaluar a los padres. Quizás, lo que nos complique un tanto este tema, es que estamos criando sin precedentes; estamos navegando en un mundo que es nuevo para nosotros, también; por lo que una mirada compasiva y comprensiva hacia nosotros mismos, sería el primer paso. Luego, pensar menos en la edad. Entonces, ¿Qué es lo que determina que mi hijo esté listo para usar un smartphone? En lugar de fijarnos en su edad, lo que realmente podrá ayudarnos a despejar la duda es su nivel de madurez. Podríamos encontrar niños de 12 años que están listos para responsabilizarse por este dispositivo electrónico, en contraste con otro de 15 que aún no lo está; por lo que hacerse preguntas como ¿mi hijo es responsable en términos generales?, ¿ha dado muestras de poder controlar o manejar sus impulsos o suele actuar sin pensarlo mucho?, ¿Cuánta ayuda necesita para tomar decisiones?, ¿Qué tan distraído se ha mostrado frente a los videojuegos o en clases en línea?, entre otras que podríamos clasificarlas como sigue a continuación: ¿Cuáles conductas me podrían guiar para saber si mi hijo está listo para tener su propio teléfono inteligente? Responsabilidad: ¿Con qué frecuencia pierde cosas, en especial si son costosas?. Si se le dice que algo es muy importante, ¿lo cuida de manera especial o lo deja tirado después de unos días?, ¿qué tan bien maneja el dinero? Autonomía: ¿qué tan frecuente toma decisiones por sí mismo? ,¿te consulta cuando necesita ayuda o se encuentra en una situación difícil? ¿Ha demostrado poder resolver problemas acordes a su edad?, ¿cumple con las responsabilidades dadas en el hogar para consigo y otros, con poca ayuda o demanda? Autoestima: En lineas generales, ¿ha demostrado respeto por sí mismo?, ¿qué tan susceptible es a la opinión de otros?, ¿Necesita ayuda para tomar buenas decisiones o confía en su juicio?, ¿no tiende a doblegar sus valores solo por «encajar»? Gestión de emociones y autocontrol: ¿Qué tan bien se comporta con los límites?, ¿ha dado muestras de poder controlar impulsos fuertes o suele actuar sin pensar?, ¿al estar en medio de un juego impulsivamente comprará más vidas sin considerar su costo? ¿ha mostrado ser prudente?, ¿cómo se comporta frente a los videos juegos?, ¿le cuesta despegarse o por el contrario, suele respetar los límites de tiempo establecidos? Empatía: ¿Ha demostrado respetar otros puntos de vista?, ¿ha ofecido ayuda a personas que lo han necesitado?, ¿se entristece al ver a alguien llorar?, ¿se alegra por los logros o alegrías de otros?, ¿defiende a otros cuando han sido víctimas de alguna injusticia? Madurez Social: ¿Ha sido capaz de poner y hacer respetar sus propios límites?, ¿demuestra capacidad de respetar normas y límites, en general?, ¿puede responsabilizarse por sus acciones?, ¿ha dado muestras de poder enfrentar situaciones sin sacrificar sus valores básicos y patrones de conducta “sólo para ser aceptado”?, ¿qué tan capaz es de evaluar situaciones de forma crítica? No te asustes si parece demasiado, es solo una guía de conductas naturales que suelen presentar nuestros hijos a medida que interactúan con su medio ambiente y que te pueden permitir evaluar su nivel de madurez. No lo tomes como una lista de cotejo que debe ser cumplida a cabalidad. Lo que sí, es que estos aspectos serán afectados al incorporarse al mundo cibernético, por lo que es importante tenerlos en cuenta para irlos fortaleciendo. En líneas generales, podríamos decir que si has notado que él/ella es capaz de responsabilizarse de sus acciones, de su propio cuidado, de saber mantener sus valores, respetar límites, evaluar situaciones y pedir ayudado cuando se encuentre en situaciones difícles; sería lo esencial para tomar una mejor decisión. Otros elementos a considerar Asimismo, hay ciertos aspectos que se hacen esenciales considerar en lo que respecta a nuestros hijos y el uso, no solo de los teléfonos inteligentes, sino de los dispositivos electrónicos conectados a Internet, que vayan a usar: Riesgos en Internet: Es importante que tanto tú como él/ella conozcan los riesgos inherentes al uso del Internet, como los contenidos inapropiados, el grooming, el ciberacoso, recordando que lo virtual no les quita lo real y que ser víctima de estos peligros pueden dejar graves secuelas. Uso incorrecto: Asimismo, debe tener claridad que de su uso incorrecto pueden devenir los
Excelente información. Lo más importante, formarse cada día para estar en la capacidad de dar respuestas a esos jóvenes que necesitan de una guía.